Por: FlowGuard Mx Fecha: 13 de enero de 2023
¿Por qué el CPVC no se corroe?
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La composición química del compuesto (un plástico polimerizado) y el proceso de fabricación empleado para lograr la unión de los elementos que lo conforman son los motivos principales por los que el cloruro de polivinilo clorado (CPVC) es resistente a la corrosión.
Esta degradación de los materiales metálicos es uno de los principales problemas para la duración de diferentes sistemas de tuberías, por eso los científicos trabajan en el desarrollo de materiales que mitiguen sus efectos y ofrezcan una mayor durabilidad para las instalaciones donde el almacenamiento y transporte de diferentes líquidos es necesario.
En el caso de la tubería de agua potable el inconveniente es persistente cuando se utilizan tubos metálicos para una instalación hidráulica, pues el proceso electroquímico de la corrosión es inevitable en la interacción del agua y el metal.
Los metales tienen una tendencia natural a reaccionar con elementos en su entorno, porque sus átomos tienen un orbital externo que sólo está lleno parcialmente, en vez de tener todos los electrones ocupados, algo que los haría elementos más estables. Esto deja a las sustancias metálicas expuestas a las reacciones con otros elementos, como el oxígeno, que “reclama” los electrones de los orbitales del metal y ocasiona un desgaste perpetuo (la oxidación, en este caso) como hacen otros compuestos al entrar en contacto con materiales metálicos para ocasionar la corrosión.
El CPVC, ante esta situación, ofrece grandes ventajas de uso en sistemas para el transporte de agua: su naturaleza de polímero derivado de los plásticos lo hace resistente a la corrosión y a la oxidación, ofreciendo una durabilidad superior, además, la fortaleza del material y su flexibilidad para ser utilizado en diferentes condiciones permiten su instalación exitosa en distintos entornos.
¿Qué se necesita para que el CPVC pueda corroerse?
Se requiere una exposición a condiciones muy específicas para que las tuberías de CPVC se desgasten por efecto de la corrosión, pues la debilidad del material a este proceso sólo se vincula a la presencia de amoníaco e hidróxido de amonio, que reaccionan con el cloro en materiales orgánicos.
Cabe recordar que el cloro es uno de los elementos utilizados en la fabricación de CPVC. Sin embargo, precisamente esta composición otorga al material su resistencia a la corrosión. El CPVC contiene en promedio entre 63% y 69% de átomos de cloro en su estructura y, al ser átomos de gran tamaño, dotan de rigidez al material.
Adicionalmente, en el proceso de cloración que se utiliza para la producción de CPVC se emplean rayos ultravioleta (UV) en conjunto con temperaturas altas, con el fin de lograr que el cloro se active y se una a la estructura molecular; así forma una capa que lleva a la resistencia natural del compuesto a diferentes reacciones, porque se reducen los radicales libres de los átomos que pueden interactuar con otras sustancias (como el agua y el oxígeno, en los casos de reactividad por corrosión y oxidación, respectivamente).
La combinación de elementos con los que se elabora el CPVC y, en consecuencia, las tuberías del material que son utilizadas para sistemas hidráulicos es, en resumen, la razón por la que el termoplástico tiene la capacidad de resistir la corrosión y proporcionar una vida útil excepcionalmente larga en comparación con la de otros materiales. Cabe recordar que, en el caso de instalaciones hidráulicas hechas con tuberías de metal, la corrosión afecta los sistemas prácticamente desde su instalación y, en un lapso aproximado de 10 años, puede ocasionar problemas importantes.
¿Qué tipos de corrosión evita el CPVC?
Aunque es inmune a la corrosión, incluso el CPVC estará siempre expuesto a otros elementos, sufriendo un proceso de desgaste sustancialmente más lento que, en el caso de los plásticos y termoplásticos, es denominado degradación. Sin embargo, como ya dijimos, el proceso de fabricación ofrece inercia ante las reacciones que causan más inconvenientes.
Resistencia del CPVC al desgaste interior
La composición química del CPVC y, en especial, el uso de cloro en su estructura, hacen que el material sea inherentemente resistente al efecto del cloro utilizado para purificar agua, lo que garantiza que no habrá reacciones que desgasten el compuesto y sea seguro como material para sistemas hidráulicos y tubería de agua potable. En el desarrollo del CPVC también se considera la necesidad de hacerlo resistente a la interacción con otros elementos, para que pueda ser empleado con otros usos.
Resistencia del CPVC ante el desgaste externo
El humo, la humedad, la salinidad del agua y la exposición a la intemperie no tienen efectos significativos sobre el CPVC, porque gracias al proceso de fabricación la cantidad de orbitales libres que puedan reaccionar con el entorno es mínima
Inmunidad a ataques electrolíticos
El CPVC es inherentemente inmune a la acción electrolítica o galvánica, por la baja proporción de orbitales libres en su estructura que reaccionen con otros elementos.
¿Por qué utilizar FlowGuard® como tubería de agua potable?
FlowGuard® CPVC está desarrollado con los más altos estándares de resistencia a los rayos UV y la exposición al cloro presente en el agua, que son dos de los principales problemas en instalaciones hidráulicas. Adicionalmente, su durabilidad la facilidad de instalación y reparación, los bajos costos de mantenimiento y las clasificaciones de presión que las tuberías resisten (hasta 9 kg/cm2 a 82°C) lo hacen un material ideal para sistemas de transporte de agua potable fría o caliente.
Si trabajas con proyectos de construcción o instalando sistemas con tubería de agua potable, no dudes en contactarnos para conocer más sobre las capacidades del CPVC. En FlowGuard® podemos apoyarte con los materiales más indicados para tus proyectos.